Marshall no cree en la magia, pero sí en las galletas. Así que, cuando desaparecen del horno todas las galletas de jengibre con forma de hombrecillos, se dispone a resolver cualquier enigma que se le presente a fin de encontrar a aquellas galletas fugitivas, aunque eso signifique tener que replantearse su concepto de la magia. Este misterio repleto de imaginación e ilustrado por David Small, ganador de la Medalla Caldecott, inspirará con toda seguridad una nueva tradición… y es muy posible que también inspire a nuevos creyentes. / Marshall knows one thing for sure, despite what all the stories say: Gingerbread men cannot run. Cookies are for eating, and he can't wait to eat his after spending all morning baking them with his class. But when it's time to take the gingerbread men out of the oven... they're gone!